Paul Whiteman fue un director de orquesta y violinista de jazz tradicional, muy famoso en su tiempo, e impulsor de las Big Bands y las del tipo de jazz sinfónico. Al frente de su formación, la Whiteman Band, alcanzó gran popularidad en la década de 1920 por sus trabajos en el mundo de las variedades y el music hall, y realizó las grabaciones más populares de la época que luego se convirtieron en estándares como: China Boy y Whispering, entre muchas otras.
Entre los músicos y cantantes que pasaron por su orquesta,
se dieron a conocer solistas como Bing Crosby, Mildred Bailey, el cornetista
Bix Beiderbecke, los trompetistas Harry Busse, Red Nichols, Andy Secrest y
Bunny Berigan. También trombonistas como Bill Rank, Jack Teagarden o Tommy
Dorsey, los saxofonistas Frankie Trumbauer, Jimmy Dorsey, el violinista Joe
Venuti, el guitarrista Eddie Lang.
Debido a su gran popularidad y en la búsqueda de nuevas
composiciones para su orquesta, encargaba obras a diferentes compositores. Después
de escuchar a George Gershwin, lo invitó para que estrene una pieza sinfónica
de jazz, para tocarla con otras nuevas, de compositores modernos en el próximo
concierto con su orquesta.
George Gershwin se olvidó por completo del encargo, hasta
que leyó en el diario la noticia sobre un concierto de jazz a cargo de Paul
Whiteman y su orquesta, destacando que la obra central del programa sería una obra
sinfónica escrita por George Gershwin. Inmediatamente se puso a trabajar y en
tres semanas compuso su Rhapsody en Blue. La orquestación fue realizada por
Ferdinand Rudolph von Grofé, más conocido como Ferde Grofé, el arreglador de la
orquesta de Paul Whiteman.
El estreno de Rhapsody en Blue se produjo el 12 de febrero
de 1924 en el Aeolian Hall de Nueva York, en un concierto titulado An
Experiment in Modern Music, o Un experimento en música moderna dirigido por
Paul Whiteman y su banda, con George Gershwin al piano, fue un gran éxito de
público y así se reflejó en los diarios de la época por la crítica
especializada. La palabra blue del título, se refiere tanto al estilo
musical blues, canción de este típico género musical estadounidense, como al
estado de ánimo blue, que significa en inglés triste o melancólico.
No pasó mucho tiempo para que la Rhapsody in Blue se tocara
en América y Europa, constituyéndose en una página indispensable en el
repertorio de las más famosas orquestas sinfónicas. Esta obra influyó notablemente
en compositores europeos y estadounidenses, que comenzaron a utilizar melodías
y patrones rítmicos del jazz, que llevaron al género a alcanzar otro nivel.
Después de esta obra George Gershwin continuó sus estudios musicales, con la
intención de enriquecer su estilo y abordar metas más ambiciosas.
George Gershwin logró aunar en su Rhapsody in Blue tres elementos
fundamentales de la música de su país: la tradición popular pianística, el
tratamiento armónico de la música del teatro de variedades y toda la atmósfera
del blues afroamericano, y tradujo los ritmos y notas, creadas con elementos
autóctonos como los blues, los espirituales negros y el jazz, con música
sinfónica, y el resultado que obtuvo fue la Rhapsody in Blue.
Gershwin enraizó su música en la tradición de su país y
aprovechó la riqueza rítmica, armónica y melódica que tuvo a su alrededor en
función de una mayor y más moderna expresividad sinfónica. La obra no está
concebida como un concierto para piano y orquesta, pues la función del piano,
aunque de claro carácter solista, no sigue la línea concertante clásica, ya que
Gershwin lo sitúa unas veces como solista y otras como mero acompañante.
La versión para piano y orquesta sinfónica, arreglada por
Ferde Grofé en 1946, se convirtió en una de las obras más populares de la música
clásica de los Estados Unidos, y fue una de las ocho piezas sinfónicas
incluidas en la película Fantasía 2000, interpretada por la Orquesta Sinfónica
de Chicago.
A continuación, recordamos el estreno de Rhapsody in Blue,
de George Gershwin, con 3 versiones diferentes: La 1º, un fragmento de la versión original, con George Gershwin en piano, junto a la orquesta dirigida por Paul Whiteman; la 2º es
la que realizó en 1976, Leonard Bernstein, como solista y director, al frente
de la Orquesta Filarmónica de Nueva York; y la 3º, la del pianista Herbie
Hancock, junto a la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles, dirigida por Gustavo
Dudamel.