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Historias de mujeres judías que lucharon contra los nazis en Polonia
Mujeres judío-polacas contrabandearon armas, detonaron líneas de ferrocarril y murieron en combate. La historiadora Judy Batalion cuenta sus historias olvidadas en un libro.
Dos mujeres de la resistencia capturadas por los nazis en la invasión del gueto de Varsovia en 1943
"Si tenemos que morir, entonces muramos todos juntos. Pero luchemos por una muerte heroica". Son palabras valientes de una joven judío-polaca, pronunciadas en el gueto judío de Bedzin, en febrero de 1943. La sede de la resistencia judía estaba en la Alta Silesia, en la Polonia ocupada por la Alemania nazi. En un día muy frío de febrero, mujeres y hombres se reunieron para tomar una decisión importante: ¿Debería la líder de la resistencia judío-polaca, Frumka Plotnicka, viajar a la Corte Permanente de Justicia Internacional en La Haya para representar allí al pueblo judío? Todos miraban a Frumka y también a otra activista de la resistencia judía de 19 años, Renia Kukielka.
Así lo describió la historiadora Judy Batalion en su libro "Nunca digas que solo nos espera la muerte. La historia olvidada de las luchadoras judías por la libertad". A partir de innumerables informes de testigos presenciales, conversaciones, memorias y documentos de archivo, Batalion reconstruyó una historia casi olvidada durante diez años, donde se recoge la valentía de las mujeres judías ante los nazis que ocuparon Polonia. El ejército de Hitler no solo había invadido Polonia y la Unión Soviética en el este, sino que también había comenzado a asesinar a la población judía que vivía allí en campos de exterminio como Auschwitz-Birkenau, Sobibor y Treblinka.
Mujeres judías usaron armas de fuego y dinamita
Batalion es la nieta de una sobreviviente judío-polaca del Holocausto, que ahora vive en Nueva York. La autora, nacida en Montreal, se encontró con la historia nunca antes contada de mujeres judías en la resistencia armada en la Biblioteca Británica de Londres. Mientras rebuscaba en algunos documentos históricos, encontró una edición en yidis de "Mujeres en los guetos". Ella esperaba, como escribe en su libro, "aburridas quejas hagiográficas y vagas reflexiones talmúdicas sobre la fuerza y la valentía femeninas". En cambio, encontró: "Mujeres, sabotaje, armas de fuego, camuflaje, dinamita".
Tras este descubrimiento, investigó y escribió diez años, y el resultado fue un número inesperado de mujeres judías, que participaron activamente en la resistencia en la Polonia ocupada por Alemania, en guetos desde Bedzin hasta Varsovia. Con energía, determinación y, a veces, violencia, las mujeres judío-polacas contrabandearon armas de fuego, sabotearon las líneas ferroviarias alemanas o detonaron grandes cantidades de explosivos. Frumka Plotnicka murió en un combate contra los nazis en 1943; Renia Kukielka y otras innumerables mujeres trabajaron como "correos", arriesgando sus vidas. Usaron su supuesta apariencia "no judía" para sacar o intruducir personas, dinero, documentos y munición en los guetos.
Resistencia cultural
Otras combatientes de la resistencia huyeron a bosques y allí se unieron a grupos u organizaciones de resistencia extranjeras. Establecieron redes de rescate que ayudaron a otros judíos a esconderse o escapar. Además, escribió Batalion en su libro, "ofrecieron apoyo moral, espiritual y cultural al ocultar su identidad, distribuyendo libros judíos, contando chistes en los transportes para aliviar el miedo y organizando ollas comunes para huérfanos".
Como ejemplo de esta resistencia cultural, Batalion escribió sobre Henia Reinhartz, una joven del gueto de Lodz. Junto con otras mujeres, rescató montones de libros de la biblioteca yidis de la ciudad y los introdujo en el gueto. "Era una biblioteca subterránea", escribió más tarde Henia Reinhartz. "Leer significó escapar a otro mundo, vivir la vida de las heroínas y héroes, compartir sus alegrías y tristezas de una vida normal en un mundo normal", dijo.
Para Judy Batalion fue importante utilizar la cultura y las historias para hacer revivir la memoria de las mujeres judías en la resistencia. Su libro tiene solidez científica y su lectura es emocionante. Con mucha habilidad narrativa y gran minuciosidad, Batalion trabajó una parte olvidada de la historia.
Nuevo capítulo de feminismo occidental
La historiadora observa que en la actualidad hay mucha demanda de este tipo de historias: "Tiene que ver con el capítulo de feminismo en el que nos encontramos. Nos parece genial escuchar (lo que hicieron) estas mujeres, saber que formaron parte de la resistencia. Las mujeres logran tantas cosas en la actualidad que estas historias fundacionales son particularmente importantes para nosotras".
"Soy historiadora y soy mujer. Casi no hay personas como yo en generaciones anteriores. Mi editora es una mujer, mi agente es una mujer. Son circunstancias nuevas. Puedo hacer este trabajo, porque otras mujeres me pagan y me apoyan”, añadió la historiadora.
(rmr/ers)