José Francisco Gabilondo Soler, también conocido como
Cri-Cri, el Grillito Cantor, nació en Orizaba, Veracruz, México, el 6 de
octubre de 1907, y murió en Texcoco de Mora, México, el 14 de diciembre de 1990.
Cantautor.
El sitio www.last.fm
publicó este recordatorio.
Biografía
Francisco Gabilondo Soler:
Nace el 6 de Octubre de 1907 en la ciudad de Orizaba, en el
estado de Veracruz, México. Le aburre la escuela de modo que cursa sólo hasta
el sexto grado de primaria. En adelante sería autodidacto. En 1928 llega a la
Ciudad de México y como deportista incursiona en la natación, el box y la
tauromaquia.
Tenía una consideración especial hacia todos los seres
vivos. Creía, por ejemplo, que no había que eliminar insectos sin averiguar
primero su función, el por qué estaban ahí. Rehuía la monotonía. Tomaba la vida
con toda energía. Solía aventurarse en el mar (muchas de sus composiciones
hacen referencia al paisaje náutico).
El Grillito Cantor:
Empieza la profesión que sería clave en su vida, con el
programa El Guasón de la Tecla. Se le pide después que utilice su chispa para
producir algo para niños, y en 1934, el 15 de Octubre a la 1:15 de la tarde
nace Cri-Crí, El Grillito Cantor.
Desde el 15 de octubre de 1934, Francisco Gabilondo también
se empezó a llamar Cri Crí y cantó sus cuentos musicales en la radio durante
casi 27 años.
Después de seis años de transmisiones radiales de Cri-Crí
decide viajar. Cruza el estrecho de Magallanes, y conoce Tierra del Fuego;
luego desembarca en Buenos Aires en donde toma los ritmos de sus canciones
"Ché araña" y "Tango medroso". El recorrido dura un año.
Luego, continuó con su vocación de aprender, asimilando
mucha historia, idiomas y grandes cantidades de astronomia. Hasta se comió unos
chocolates.
El astrónomo:
Ingresa a la Sociedad Astronómica de México como miembro
activo el 31 de Octubre de 1951. Deseando mejores cielos para sus prácticas de
astronomía, hace construir un observatorio en el pueblo de Tultepec (al norte
de la Ciudad de México) para que los aficionados de la SAM hicieran prácticas
observacionales. Posteriormente cede esas instalaciones a la SAM.
En sus pláticas recordaba
"Me gustaba leer los libros de Salgari, de Verne …,
quería ser como pirata de Salgari; a esos piratas lo ví muy buenos, muy
generosos y hasta bondadosos … y así quería ser, un pirata … pero un pirata
debí conocer los mares …, y la geografía, para recorrer el mundo … Debía
estudiar las estrellas, pues ¿Cómo orientarse en el mar sin conocer las
constelaciones? Había que estudiar cosmografía y también aritmética y
geometría, pues las cosas se hacen a base de suficiente preparación. Quise ser
de todo, astrónomo, geógrafo, ingeniero …"
Y también
"Eramos siete a quienes, creyendo ser ya sabios, se nos
metió la idea de concurrir al Observatorio de Tacubaya, no como simples
visitantes, sino para que se nos dejara usar los instrumentos para descubrir
otros planetas, cometas, y muchas nebulosas … Don Joaquín Gallo tuvo la
paciencia de tolerar nuestro deseo y nos enseñó cosas del Observatorio, pero
también nos hizo cierto examen con el que enseñamos el cobre y ya no salimos de
ahí tan seguros de nuestro vale. Sin embargo, regresamos, y aunque amablemente
se nos permitió incursionar por las instalaciones, sólo pudimos meter la nariz,
no nuestro talento. En el observatorio se nos conocía como Los Siete Sabios de
Tacubaya …"
Su oportunidad de ser navegante se presenta en 1941. Como
marinero en un transporte mercante, hizo la travesía desde el puerto de
Acapulco por el Pacífico hacia la Antártida para regresar por el Atlántico y el
Caribe hasta el puerto de Veracruz. Para conocer a fondo la navegación estudia
esa materia y en 1945 recibe de Weem System of Navigation, de Annapolis,
Maryland, el diploma por haber completado el curso de Navegación Celeste.
En los 50's se dedica de lleno a la astronomía, y la mediados
de los 70's, para eludir el ambiente citadino, decide retirarse al pueblo de
Tocuila, cerca de Texcoco, en donde hizo contruir una casa con cierta semejanza
a la que tuvo en su infancia. A pesar de los efectos de la edad y las
limitaciones visuales sigue dedicado a la astronomía con un telescopio y
binoculares, con cálculos matemáticos y, excepto en sus último días, la
lectura.
Muere, por una falla cardiaca, el 14 de Diciembre de 1990 a
los 83 años y 69 días (él, apasionado por los números, hubiera contado 30,384
días julianos). Nos dejó una maleta con 216 canciones y kilos de cuentos con
las aventuras de su alma musical: Cri Crí, el Grillito Cantor.
A continuación, lo recordamos en el día de su nacimiento,
con El Ratón Vaquero.