José Guardiola Díaz de Rada nació en Barcelona, España, el 22 de octubre de 1930, y murió en su ciudad, el 9 de abril de 2012. Cantante.
El sitio www.lafonoteca.net
publicó este recordatorio.
El crooner de España
Hijo de una humilde familia barcelonesa, nace el 22 de
octubre de 1930 José Guardiola Díaz de Rada. Una familia que también es
aficionada a la música. Una afición que se acrecienta gracias al cura de su
parroquia que les convence a él y a sus hermanos de que cursen estudios
musicales a la vez que ingresan en el coro. José comienza a estudiar violín, su
hermana María hace lo propio con el piano y su hermano mayor Julio se dedica a
la trompeta. Son años de posguerra en lo que todo esto supone una dificultad
hoy difícilmente imaginable.
Cambia pronto el arco del violín por la caña del saxofón y
en 1949 entra en una nueva orquestina denominada Los Magos del Ritmo para tocar
ese instrumento. Tras un largo y obligado paréntesis militar decide adoptar la
música como profesión. Para entonces ingresa en los Crazy Boys, un grupo especializado
en el swing y el jazz más comercial y que son una de las atracciones más
apreciadas en las salas de fiesta de la Ciudad Condal. La tesitura vocal de
barítono-bajo de José lo lleva a ocupar el puesto de vocalista hacia 1954.
Interpreta como nadie los estándar americanos y comienza a cimentarse, aún a
nivel local, su fama de buen cantante. Lo compagina con el saxo, aunque su
faceta de cantante se impondrá. El gran músico de jazz Tete Montoliú siempre
sostuvo que era una verdadera pena que no se hubiese dedicado al jazz, pues
podría haber sido uno de los grandes de este estilo en nuestro país.
Hacia 1957 su nombre supera al de su orquesta y Regal le
pone delante un contrato, comenzando su carrera como solista. Una carrera que
se extendería durante medio siglo.
Su primer disco es un EP publicado en enero de 1958: “Sono
Americano” (Regal, 1958). No se trata del famoso tema de Carosone de igual
título sino de otra canción también italiana a ritmo de swing. Ese año va a
registrar una actividad discográfica frenética con ocho microsurcos en el
mercado. Son tiempos en que la música italiana en general y la procedente de
San Remo en particular dominan la música moderna en nuestro país y son
imprescindibles en los bailes. La llegada de José junto a la de otros vocalistas
como Ramón Calduch o el más veterano Bonet de San Pedro supone un contrapunto
necesario en la entonces llamada simplemente canción española.
Enseguida un segundo disco verá la luz. En la línea de Jorge
Sepúlveda y trufado de elementos turísticos aparece un poco afortunado dedicado
a la isla ibicenca “Bahía de San Antonio” (Regal, 1958).
Pero su primer disco realmente exitoso llegaría unos meses
más tarde. La versión española de uno de los mayores éxitos de la música
italiana: “Come Prima” (Regal, 1958) lo va a poner definitivamente entre los
cantantes españoles más conocidos. Un disco sin desperdicio en el que también
figuraba “Domenica es siempre domenica”, otro conocido tema italiano de Renato
Rascel. Este disco conoce una doble edición, pues también se edita con las
mismas cuatro canciones cantadas en catalán. En ambos idiomas se vende una
barbaridad y, aunque no hay datos fiables, fue uno de los discos más vendidos
de ese año.
Claro que apenas dos meses antes había editado un muy
interesante EP: que ya se vendió bastante bien gracias al reclamo de su primera
pista que no es otra que la primera versión española hecha del “Volare” con el
que Modugno había arrasado San Remo aquel año.
Tras el enorme triunfo de “Come prima”, llega el turno a “Piove”
inscrita en el EP genérico “1er Premio del Festival de San Remo 1959” (Regal,
1959), canción con la que Domenico Modugno había vencido en San Remo por
segundo año consecutivo. También este disco conocería una doble edición
castellano-catalana para explotar todos sus recursos comerciales. Ese año
concurre como gran favorito a la primera edición del Festival de Benidorm
colocando tres canciones en la final, entre las que destaca “La montaña”, pero
no lograría el primer premio. Fruto de aquella participación se edita: “I
Festival de la Canción de Benidorm” (Regal, 1959) en la que también incluyó su
versión de la canción triunfadora “Un telegrama”.
Su último disco para Regal es un auténtico monumento. Reúne
cuatro canciones muy distintas cada una de las cuales podría ser considerada
pista principal. “Pequeña Flor / Mis Besos te Dirán / Mackie el Navaja / Ten
Piedad” (Regal, 1959) es probablemente el más completo EP de este cantante y
uno de los más vendidos. Una despedida por todo lo alto del sello que había
apostado por él cuando no era más que un vocalista de orquestina.
Regal se le quedaba pequeño a sus intereses y la poderosa
Voz de Su Amo lo contrata a finales de 1959. Su primera grabación para la marca
del perro y el gramófono es un disco en el que canta un par de villancicos
haciendo dúo con las Hermanas Serrano.
Este gran trabajador de la música no deja de grabar discos,
editando uno al mes. Entre tanta actividad encontramos una variada propuesta.
“Verde Campiña / Tienes mi Amor / Bikini Amarillo / Nuestro Concierto” (La Voz
de Su Amo, 1960) contribuye no poco a que Guardiola mantenga el liderazgo de
ventas aquel año, un liderazgo que revalidaría en los dos años siguientes,
logrando ser tres años consecutivos el artista español con más discos vendidos
en nuestro país.
En 1961 acude al Festival de la Canción Mediterránea.
Consigue el segundo puesto con “Presentimiento”, cantado en segunda versión por
Lita Torelló. Fruto de aquella participación es el EP: “3er. Festival de la
Canción Mediterránea” (La Voz de Su Amo, 1961), uno de los más vendidos de toda
su larga trayectoria. A finales de aquel año edita un par de LP, destacando:
“José Guardiola” (La Voz de Su Amo, 1961). Del él se nutrirán sus siguientes
extended play.
1962 será seguramente el año triunfal del cantante. Una de
sus canciones: cantada a dúo con su hija Rosa Mary de apenas cinco años se
convierte en un fenómeno social. La cosa va de la catequesis que un padre
imparte a su hija sobre el buen Dios. Los profesores se la enseñan a sus alumnos,
se canta hasta en las iglesias y las familias lo compran. Otras canciones más
mundanas como la versión cantada de “Apache” de The Shadows, el cover de “Et
Maintenant” y el disco “Standars de José Guardiola” (La Voz de Su Amo, 1962) siguen manteniendo el mito.
No todo va a ser limpio y puro. Aquel 1962 concurre de nuevo
al Festival Mediterráneo con el tema “Nubes de colores” de Guijarro y Algueró
cantada en segunda interpretación por la chilena Monna Bell. El concurso se
celebra en el Palacio de los Deportes de Barcelona y se decide por votación del
público. Cada entrada lleva anexo un ticket de votación. A la hora de la verdad
se venden 5777 entradas y se contabilizan un total de 6807 votos. “Nubes de
colores”, la más votada es declarada ganadora, pero el respetable organiza una
protesta de órdago y la organización decide dar ganadores a todas las canciones
finalistas en una decisión salomónica que no convence a nadie.
Al año siguiente TVE le encarga ser su representante en
Eurovisión. Viaja hasta Londres para ocupar el duodécimo puesto con tres votos
para la canción “Algo Prodigioso” que no se encuentra entre lo mejor de su
producción precisamente.
Una réplica de su “Di papá” se edita con escasa repercusión.
Esta vez Guardiola y su hija elaborarían “La Balada del Vagabundo” (Vergara,
1963). Aquí pasa sin pena ni gloria, pero en Sudamérica será el disco más
vendido de los muchos editados por este cantante. Sigue su cosecha festivalera
obteniendo buenas ventas de una doble edición en castellano y catalán del éxito
de Salomé “S’en va anar”, incluido en su EP: “V Festival de la Canción
Mediterránea” (Vergara, 1963).
Pero algo está cambiando en la música moderna española y José
Guardiola va a ser uno de los mayores damnificados. Su imagen de pulcro
oficinista y su voz de barítono siempre perfectamente afinado no cuadran con
los gustos juveniles y el sector adulto que siempre lo aupó empieza a darle la
espalda. Raphael, Luis Gardey, Tito Mora y Mike Ríos zarandean el trono del
solista masculino. En una entrevista publicada por Fonorama en abril de 1964 un
José Guardiola bastante quemado se despacha a gusto. Afirma que los festivales
de la canción no son honrados, que Raphael es un intérprete exagerado, que
prefiere el fútbol a la canción, que los compositores españoles no están a la
altura, que el dinero que gana lo invierte en comprar pisos de lujo en
Barcelona para luego alquilarlos, que no suele actuar en provincias y desmiente
que se haya afeitado el bigote por una promesa si el RCD Español ascendía a 1ª
división.
Seguirá publicando discos a ritmo frenético, pero sus ventas
irán decayendo. Todo tiene excepciones y algunos EP como “VI Festival de la
Canción Mediterránea” (Vergara, 1964), “Goldfinger” (Vergara, 1965), “El Ángel
de la Guarda con Rosa Mary” (Vergara, 1965) de nuevo con Rosa Mary o “Extraños
en la Noche / Tu Nombre / Doctor Zhivago / Todo tu Amor” (Vergara, 1966) aún
aparecen en las listas de ventas. Como se ve, mucho tema de procedencia
cinematográfica y un descenso generalizado de un cantante que en amplios
sectores juveniles se le veía como la encarnación del pasado y como un artista
representativo del régimen político imperante.
Edita discos de música melódica en los que versiona a Tom
Jones, Sinatra, los vocalistas italianos y franceses y casi cualquier canción
romántica que se le ponga a tiro, pero su nombre va poco a poco olvidándose.
Aún sorprenderá a propios y extraños al encaramarse a los primeros puestos del
hit parade con “Estrella Errante” (Vergara, 1971), otro tema del cine,
concretamente de “La Leyenda de la Ciudad sin Nombre” (1969) de Joshua Logan.
Su voz grave seguía siendo una apuesta segura para esta clase de canciones.
A partir de los 80, casi todos sus discos son ya reediciones
lo que no impide que siga trabajando asiduamente en salas de fiesta, cosa que
hará durante las siguientes tres décadas, apareciendo muy de tarde en tarde de
nuevo en TVE en programas que se ocupan de la música revival, aunque él nunca
sea de los que regresan porque jamás se había ido.
En 1999 se le rinde un gran homenaje en Barcelona en el que
participan Loquillo y Serrat, entre otros. Supone prácticamente su despedida de
los escenarios, si bien matará el gusanillo actuando alguna vez en salas de su
ciudad.
José Guardiola es por derecho uno de los grandes de la
música española. Primero fue el moderno que se enfrentó a la copla, luego el
gran adaptador de los éxitos extranjeros al castellano y al catalán, más tarde
eterno outsider de todos los nacientes festivales de la canción y finalmente un
ejemplo de profesionalidad y de saber estar a las duras y a las maduras sin
tirar nunca la toalla. Falleció en Barcelona el 9 de abril de 2012, dejando
tras de sí más de quinientas canciones grabadas y aproximadamente un centenar
de discos en su haber.
A continuación, lo recordamos en el día de su nacimiento,
con uno de sus grandes éxitos: 16 Toneladas..