Franz Joseph Haydn, nació en Rohrau, cerca de Viena,
Austria, el 31 de marzo de 1732 y murió en su ciudad, el 31 de mayo de 1809. Compositor.
El sitio Biografías y Vidas publicó este recordatorio.
(Rohrau, Austria, 1732 - Viena, 1809) Compositor austriaco.
Con Mozart y Beethoven, Haydn es el tercer gran representante del clasicismo
vienés. Aunque no fue apreciado por la generación romántica, que lo consideraba
excesivamente ligado a la tradición anterior, lo cierto es que sin su
aportación la obra de los dos primeros, y tras ellos la de Schubert o Mendelssohn,
nunca habría sido lo que fue. Y es que a Haydn, más que a ningún otro, se debe
el definitivo establecimiento de formas como la sonata y de géneros como la
sinfonía y el cuarteto de cuerda, que se mantuvieron vigentes sin apenas
modificaciones hasta bien entrado el siglo XX.
Nacido en el seno de una humilde familia, el pequeño Joseph
Haydn recibió sus primeras lecciones de su padre, quien, después de la jornada
laboral, cantaba acompañándose al arpa. Dotado de una hermosa voz, en 1738
Haydn fue enviado a Hainburg, y dos años más tarde a Viena, donde ingresó en el
coro de la catedral de San Esteban y tuvo oportunidad de perfeccionar sus
conocimientos musicales.
Allí permaneció Haydn hasta el cambio de voz, momento en
que, tras un breve período como asistente del compositor Nicola Porpora, pasó a
servir como maestro de capilla en la residencia del conde Morzin, para quien
compuso sus primeras sinfonías y divertimentos.
El año 1761 se produciría un giro decisivo en la carrera del
joven músico: fue entonces cuando los príncipes de Esterházy –primero Paul
Anton y poco después, a la muerte de éste, su hermano Nikolaus– lo tomaron a su
servicio. Haydn tenía a su disposición una de las mejores orquestas de Europa,
para la que escribió la mayor parte de sus obras orquestales, operísticas y
religiosas.
El fallecimiento en 1790 del príncipe Nikolaus y la decisión
de su sucesor, Paul Anton, de disolver la orquesta de la corte motivó que
Haydn, aun sin abandonar su cargo de maestro de capilla, instalara su
residencia en Viena. Ese año, y por mediación del empresario Johann Peter
Salomon, el músico realizó su primer viaje a Londres, al que siguió en 1794 un
segundo. En la capital británica, además de dar a conocer sus doce últimas
sinfonías, tuvo ocasión de escuchar los oratorios de Haendel, cuya impronta es
perceptible en su propia aproximación al género con La Creación y Las
estaciones.
Fallecido Paul Anton ese mismo año de 1794, el nuevo
príncipe de Esterházy, Nikolaus, lo reclamó de nuevo a su servicio, y para él
escribió sus seis últimas misas, entre las cuales destacan las conocidas como
Misa Nelson y Misa María Teresa. Los últimos años de su existencia vivió en
Viena, entre el reconocimiento y el respeto de todo el mundo musical.
La aportación de Haydn fue trascendental en un momento en
que se asistía a la aparición y consolidación de las grandes formas
instrumentales. Precisamente gracias a él, dos de esas formas más importantes,
la sinfonía y el cuarteto de cuerda, adoptaron el esquema en cuatro movimientos
que hasta el siglo XX las ha caracterizado y definido, con uno primero
estructurado según una forma sonata basada en la exposición y el desarrollo de
dos temas melódicos, al que seguían otro lento en forma de aria, un minueto y
un rondó conclusivo.
No es, pues, de extrañar que Haydn haya sido considerado el
padre de la sinfonía y del cuarteto de cuerda: aunque ambas formas existían
como tales con anterioridad, por ejemplo entre los músicos de la llamada
Escuela de Mannheim, fue él quien les dio una coherencia y un sentido que
superaban el puro divertimento galante del período anterior. Si trascendental
fue su papel en este sentido, no menor fue el que tuvo en el campo de la
instrumentación, donde sus numerosos hallazgos contribuyeron decisivamente a ampliar
las posibilidades técnicas de la orquesta sinfónica moderna.
A continuación, de Franz Joseph Haydn, Sinfonía Concertante
para Violín, Violoncello, Oboe, Fagot, y Orquesta en Si Bemol Mayor Hob.I:105,
en la interpretación de la Orquesta Filarmónica de Viena, dirigida por Leonard
Bernstein.