Alejandro Rodríguez Álvarez, conocido como Alejandro Casona, nació en Besullo, Cangas del Narcea, Asturias, el 23 de marzo de 1903 y murió en Madrid, el 17 de septiembre de 1965. Dramaturgo.
(Alejandro Rodríguez Álvarez; Besullo, 1903 - Madrid, 1965)
Comediógrafo español, autor de un teatro de ingenio y humor que mezcló
sabiamente fantasía y realidad. En este sentido, la suya está considerada una
obra de carácter neosimbolista que procura la evasión, aunque observando
siempre un tono experimental. Su producción, poéticamente rica, no empleó sin
embargo en absoluto la construcción en verso.
Cursó estudios en la universidades de Oviedo y Murcia, y en
la Escuela Superior de Magisterio de Madrid. Se inició en el mundo teatral
dirigiendo una compañía de aficionados, el Teatro de las misiones pedagógicas,
formada por los alumnos del instituto del Valle de Arán, del que era profesor.
La enseñanza constituyó, ciertamente, una faceta importante en la primera etapa
de su vida, ya que fue nombrado inspector de Enseñanza Primaria durante la
República, y publicó una primera obra de teatro infantil, El pájaro pinto.
Después de una breve incursión en el campo de la poesía -La flauta del sapo (1930)- en 1932 publicó Flor de leyendas, colección de leyendas clásicas y medievales, que le valió el Premio Nacional de Literatura y, en 1934 -año en que decidió dedicarse por completo a la dramaturgia-, La Sirena varada, por la cual recibió el Premio Lope de Vega.
Su teatro rompió los moldes estilísticos establecidos en el
teatro predominante naturalista de la época, e introdujo materiales nuevos para
conformar sus personajes, tales como la investigación psicológica y la
fantasía. La gran preocupación del autor fue dotar en todo momento de una gran
dimensión poética a su teatro. Antes de la guerra civil publicó aún dos obras:
Otra vez el diablo, de 1935, y Nuestra Natacha, de 1936, obra dominada en su
temática por inquietudes políticas de reforma social.
Al inicio de la confrontación fratricida, Alejandro Casona
se trasladó a México en primer lugar, donde publicó Prohibido suicidarse en
primavera (1937), en la que introdujo su tema favorito de "la casa de los
sueños" como lugar en el que las ilusiones y la realidad se confrontan.
Posteriormente, se estableció de forma definitiva en Buenos Aires, desde donde
cosechó un gran éxito internacional. En el exilio maduró su expresión y dominó
perfectamente los recursos teatrales propios de la línea por él emprendida.
Allí vieron sucesivamente la luz Las tres perfectas casadas
(1941) y La dama del alba (1944), tal vez su obra más representativa, en la que
el tema de la muerte está tratado con hondura delicada y notable gravedad. Le
siguieron La barca sin pescador (1945), La molinera de Arcos (1947), Los
árboles mueren de pie (1949), La llave en el desván (1951), Siete gritos en el
mar (1952), La tercera palabra (1953), Corona de amor y muerte (1955), La casa
de los siete balcones (1957) y Retablo jovial (1962) -recopilación de cinco
farsas en una acto compuestas durante sus años de institutor: Sancho Panza en
la Ínsula, Entremés del mozo que casó con mujer brava, Farsa del cornudo
apaleado, Fablilla del secreto bien guardado y Farsa y justicia del Corregidor.
Su tardía vuelta a España, en 1963, aún le dio tiempo a estrenar una última obra, El caballero de las espuelas de oro (1964), sobre la figura de Quevedo. Carente en ocasiones de auténtica fuerza dramática, sus valores teatrales y literarios, así como poéticos y humanos, lo destacan no obstante como uno de los grandes autores de la escena española e iberoamericana del siglo XX.
A continuación, de Alejandro Casona, La Dama del Alba, en la producción de Estudio 1 TVE, 1989.