La Sonata para Piano Nº 28 en La Mayor Opus 101 de Ludwig
van Beethoven, fue compuesta en Baden, al sur de Viena, en 1816 y dedicada a la
Baronesa Dorotea Ertmann.
Con esta obra, Beethoven inició su período tardío, en el que
su música tomó una dirección más íntima, personal e introspectiva, para esta época, Beethoven había adquirido ya una maestría
en la forma, la textura y la tonalidad que modificó las convenciones que él
mismo había dominado para crear sus composiciones anteriores.
Una característica de estos trabajos tardíos, fue la
inclusión de elementos contrapuntísticos como el canon y la fuga.
Seguidamente, la interpretación de Daniel Baenboim.