Carlos Di Fulvio nació en Carrilobo, Córdoba, el 5 de marzo
de 1939. Guitarrista autodidacta, poeta, compositor,
arreglador, investigador folklórico e
histórico.
En la adolescencia integró el Cuerpo de Danzas Folclóricas
del Teatro Rivera Indarte de Córdoba y cursó estudios de dibujo, de pintura, y añadía
a su vocación artística la práctica del canto y de la guitarra.
Su primera presentación en público fue en enero de 1953 en
el auditorio de LV2, entonces Radio Central, de Córdoba y antes de cumplir los
quince llegó a Buenos Aires en procura de ampliar su horizonte artístico. Luego
afirmó “Fue fugaz aquello, más bien una escaramuza; di un recital en el Aula
Magna de la Facultad de Medicina, hice un programa en Radio Mitre y regresé al
pago para seguir mis estudios, propósito que nunca cumplí, pues los abandoné
cuando cursaba el tercer año del secundario”.
En 1957 volvió a Buenos Aires, participó en la peña Achalay
Huasi, se vinculó con Pancho Cárdenas, quien lo llevó a la televisión, y luego continuaron
actuaciones radiales, presentaciones en los grandes festivales que proyectaron
su nombre a todo el país, e ingresó en el sello RCA Víctor.
De la época de las primeras grabaciones recuerda
risueñamente cuando presentó a la empresa las obras del disco que se iba a
editar. Un directivo le comentó: “Hay mucho Di Fulvio, incluya otro autor” y
por esa razón adoptó el seudónimo de José Piedra Ríos y salió airoso del
trance.
En 1958 su nombre ya era conocido en toda la Argentina y los
medios de difusión programaban su obra como autor, compositor e intérprete.
A los 19 años compuso su primera zamba, “Guitarrero”, que
firmó con seudónimo y encaró la tarea de grabar obras integrales de raíz
folclórica en ciclos como: Concierto supersticioso en 1964, El nacimiento de la
vidalita en 1965, Canto monumento a la memoria de José María Paz en 1967, La
conquista del desierto en 1970, El camino del Quijote en 1972, Del altiplano a
la pampa en 1979, Canto brocheriano, a la memoria de José Gabriel Brochero en 1980,
entre otros.
A partir de 1974 se presentó con la Orquesta Sinfónica de
Córdoba, la Orquesta de Cámara de Bahía Blanca, y el Cuarteto de Cuerdas de la
Universidad Nacional de Mar del Plata, entre otros.
Su producción le dio al cancionero folclórico obras clásicas
como: “Campo afuera”, “¿Se acuerda Doña Maclovia?”, “Cerro Salamanca”, “Un paso
aquí, un tranco allá” y muchas otras.
Carlos Di Fulvio es autodidacta. Aconsejado por maestros de
la talla de Domingo Soderini, Francisco Javier Ocampo, María Luisa Anido y
Mario Perini, ha sabido desempeñarse con solvencia en el sitial que las
exigencias del consenso público le fuera adjudicando a través de los tiempos.
La obra poética de Carlos Di Fulvio se ha transformado en
material de análisis y enseñanza en escuelas de nivel secundario y terciario, y
su música forma parte del programa de estudio en algunos conservatorios para la
formación de nuevos guitarristas argentinos.
El estilo interpretativo profundo de Di Fulvio, se refleja
en su pensamiento: “Siempre entendí que la guitarra es un instrumento de
cámara; no para multitudes sino para quienes pueden hacer silencio y escuchar”.
Su inspiración, su obra y su línea de conducta lo inscriben
como un nombre grande de la música popular argentina.
A continuación y para celebrar el cumpleaños de Carlos Di Fulvio, Guitarrero.
Para finalizar este homenaje, una presentación de Carlos Di Fulvio en el programa Telemanias, donde interpretó en primer término La Tulumbana y luego Variaciones sobre gato.